Anoche me hicieron una pregunta muy simple pero muy seria, que lleva todo el día rondandome por la cabeza:
"¿Sigues creyendo en la magia, en las casualidades, en los azares y las causas, en los ataques al corazón, en la chispa inaudita, en los lugares ignotos, en la piel trémula? ¿Sigues creyendo aún?"
Soy una persona bastante impulsiva, aunque más bien de pensamiento, ya lo de pasar a la acción es otra cosa. Así que me puse a pensar, a hacer repaso y balance de las emociones, acciones y decisiones que me han llevado de un sitio a otro en cada momento, con la subjetividad inevitable de quien es juez y parte.
Y tengo que decir, pues me autoaplico el deber de sincerarme hoy en esta entrada, sin caretas ni disfraces, que sí, claro que creo en las casualidades, en las buenas, porque dudo que existan otras...
Mi vida está llena de ellas. Ya escribí una vez que podría resumirme enlazando casualidades.
Creo firmemente, sin llegar a tacharme de utópica, que la vida está llena de casualidades, que se convierten en señales, en guías para tomar una dirección u otra en este camino que recorremos, la decisión final es propia, porque dudo que nuestra historia esté escrita y la voluntad sea un mero abalorio, pero a pesar de decepciones, dudas, desengaños, miedos, frustraciones y demas eslabones de la cadena que nos ata y empuja hacia el fondo están esos momentos, esas casualidades que llenan nuestra vida de magia.
Y esta sirenita cree en la magia, que a fin de cuentas es otra forma de llamarlas, y que siempre está presente en nuestras vidas, la vemos cuando menos lo esperamos, y nunca desaparece...aunque no la veamos. Pero cuando no hay sensibilidad, cierra los ojos de quien la mira.
Y tú... ¿crees?
"¿Sigues creyendo en la magia, en las casualidades, en los azares y las causas, en los ataques al corazón, en la chispa inaudita, en los lugares ignotos, en la piel trémula? ¿Sigues creyendo aún?"
Soy una persona bastante impulsiva, aunque más bien de pensamiento, ya lo de pasar a la acción es otra cosa. Así que me puse a pensar, a hacer repaso y balance de las emociones, acciones y decisiones que me han llevado de un sitio a otro en cada momento, con la subjetividad inevitable de quien es juez y parte.
Y tengo que decir, pues me autoaplico el deber de sincerarme hoy en esta entrada, sin caretas ni disfraces, que sí, claro que creo en las casualidades, en las buenas, porque dudo que existan otras...
Mi vida está llena de ellas. Ya escribí una vez que podría resumirme enlazando casualidades.
Creo firmemente, sin llegar a tacharme de utópica, que la vida está llena de casualidades, que se convierten en señales, en guías para tomar una dirección u otra en este camino que recorremos, la decisión final es propia, porque dudo que nuestra historia esté escrita y la voluntad sea un mero abalorio, pero a pesar de decepciones, dudas, desengaños, miedos, frustraciones y demas eslabones de la cadena que nos ata y empuja hacia el fondo están esos momentos, esas casualidades que llenan nuestra vida de magia.
Y esta sirenita cree en la magia, que a fin de cuentas es otra forma de llamarlas, y que siempre está presente en nuestras vidas, la vemos cuando menos lo esperamos, y nunca desaparece...aunque no la veamos. Pero cuando no hay sensibilidad, cierra los ojos de quien la mira.
Y tú... ¿crees?