domingo, 16 de febrero de 2014

Superlativo de cosas pequeñas


Me encantan los domingos por la mañana después de haber dormido poco pero bien.
Ponerme vestidos de flores, adelantar la primavera,
salir corriendo a ver el mar.
Y asomarme a la ventana.

Sacarle la lengua a los errores.
Y a ti también, para que rías.
O mejor aun,
me la dediques.

Porque cuando no tengo nada es cuando me doy cuenta
de que puedo con todo.

Odio las ganas de menos
y las explicaciones de más
Me aburre
la rutina del que sobrevive
y está solo por estar.

Prefiero a los que hacen.
Prefiero hacer.
Hacer y no tener que contarlo,
pero que cuente.

Porque sí
y no a causa de
es la mejor razón que se puede dar.

de casi cualquier cosa.


Si cierras los ojos y le das al play podrás ver atardecer en la orilla de la calma.
Y tal vez también a mi, bailando en la arena, vestida sólo con una sonrisa.

Mírame, soy una estrella fugaz y puedes pedirme los deseos que quieras.

El placer es mío. Pero podemos compartirlo.

sábado, 15 de febrero de 2014

Mala educación sentimental

...suelo levantarme mal.. y caerme cada vez peor. Pero siempre me levanto.

No me gusta que se vea esa parte de mi, así que siempre que pueda evitarlo, en vez de gritar, me pongo los cascos y dejo que mi canción favorita me abrace y me consuele. Y después me quedo en silencio, como nueva.

Esta es mi canción favorita y cada día le encuentro más porqués. 

A veces sólo necesitamos un voto de confianza. Que alguien crea en nosotros y nos diga que no lo estamos haciendo tan mal. O que no nos diga nada porque no haga falta.
Un punto de apoyo para poder levantarnos y tirar hacia delante.

Me obligué a acostumbrarme a que el mío fueran mis propias manos en el suelo. Una y otra vez, perfilando con tiza blanca cada muerte y cada resurrección, como las marcas que se hacen de los cadáveres para poder establecer conclusiones después, desde la distancia, sin tocar demasiado. Sin dejar que nadie se acerque.

Estoy perfectamente, paren las rotativas, tranquilo todo el mundo, sigo en esto de re descubrirme o rehacerme, dejándome sorprender.

Una de las pocas cosas que atesoro como realmente mía, que reconozco, es la sonrisa.
Mi sonrisa.
Mi jodida maravilla del mundo, no esa cualquiera que ponemos por mantener las formas cuando son lo primero que perdemos. Una sonrisa de verdad, sin avaricia. Esta que me viene de serie y decís que os sienta de cine.
Dime ahora que no, anda, que a mi las vuestras de fábula, tienen algo de increíble, pero ahí quiero creer como una niña. Tienen algo, que es decir mucho cuando lo normal es no me digan nada.

Este es mi patio infantil y voy a seguir jugando a  pintar cuadros con tiza en el suelo.  Por si me quieres borrar o por si decido meterme dentro.

Porque lo triste es que sólo los tristes se alegran de compartir su tristeza. No me considero una persona triste.
Cuando se me escapa la mía delante de alguien no lo puedo evitar y tiro del máster que tengo en huidas en dirección contraria a cualquier opción de que me reconforten.

Si me dejo, no tardaré en marcharme. Sé que suena raro, pero también  que no me gusta lo normal.

Es como si caminaras llevando en una mano el corazón y en la otra las llaves del coche. Y jugar con la adrenalina de no saber ni tú mismo cual sacarás en cada momento. Feliz y cabreada al mismo tiempo con los resultados.

A pesar de disfrutar beneficiándome palabras ajenas tengo ganas de huir y que me paren, para poder compartir un silencio. A veces un silencio es todo lo que alguien necesita. Pero es muy difícil encontrar a personas con las que poder quedarte un momento en silencio, cerca.

"Dos personas que saben mantener un silencio juntos son dos sabios. Dos personas que son capaces de mantenerse en silencio cerca, podrán entenderse siempre como nunca otros.
No importa lo que vayáis a decir ahora. Es más, no importará nunca tanto como lo que estéis pensando de mí.
Y es que entre las pocas certezas que poseemos, está la de no descifrar las frases que recorren a quien tenemos delante. La certeza de que lo que se dice no es más que una pista o un breve resumen inapropiado de lo que se piensa."
(Irene X)








lunes, 10 de febrero de 2014

Héroes


"Estar en medio de una noche ofreciendo cualquier tipo de resistencia es como escupirle a las olas."


"Los chicos del viernes hablan de mujeres en voz alta, pero no tienes que creer todo lo que dicen. 
Todas las chicas tienen el corazón roto. las carreteras están atascadas durante el fin de semana. Todo el mundo quiere estar lejos de donde ha nacido. Al menos el viernes por la noche.
Los bares ya no dan dos por una y en esta ciudad tienes que ganar mucho para poder beber en el centro.
Los camareros han enterrado sus sonrisas porque es viernes por la noche y la gente coge todo lo que brilla.
Con o sin permiso.
Las niñas bonitas siempre son las que están mas tristes porque saben que hay más tíos dispuestos a hacerles daño. Las niñas feas se dejan ir y bailan toda la noche solas, o unas con otras y no tienen suerte ni atrayendo las desgracias.
Los tíos con coche juegan con los dados trucados y los que tienen dinero nos están viendo a todos las cartas.
Las madres no duermen porque saben que duele pero tambien saben que no hay nada mejor y no acaban de decidir que es lo mas peligroso.
No hay nadie que no dispare el viernes por la noche ni hay quien esquive los disparos.
Sé que no puedo esperar que estés siempre sola, lo único que pido es que no te lo creas todo.
No te fíes de los anillos de oro ni de las carrozas de plata.
Todos mentimos los viernes por la noche."
(Ray Loriga)

sábado, 1 de febrero de 2014

Reversar

“Descifrarte es difícil. Pero no te preocupes, tengo utopías de tu talla”


“En definitiva, las personas se deslizan por la vida buscando personas. Alegando esa tontería de que tiempo y corazón están divididos en dos.
Las personas buscan personas y acaban encontrando solo gente contra la que cruzarse a la decepción.
Me gustaría que de vez en cuando alguien tuviese el valor de presentarse a sí mismo. Me resultaría interesante que hubiese más gente jugándose la vida por  conocerse.
A fin de cuentas me gustaría que supieseis  que desde luego, para mi, nadie baila como yo mi canción favorita”.
("El sexo de la risa" IreneX)

Estoy devorando “El sexo de la risa” prácticamente sin prejuicios ni preliminares. Con la misma curiosidad adolescente que me provoca el hecho de que me descubra cosas que nunca he dicho mientras parece que no me presta atención. Hoy se me repite el sabor de una frase:

“Ser quien quieres ser no significa que estés siendo quien realmente eres”.

Ha pisado una mina.  Protocolo de emergencia. Cara de póker.
Se auto-activan mecanismos de defensa. No sé si hacer trampas y cambiar el portaaviones de sitio. Sorprendentemente no lo hago. Tocada.
 Tócame que nos hundimos.

¿Con qué te tapas cuando te desnudan por dentro?

Arqueo la espalda formando un interrogante que busca  tu signo de admiración para que pongamos el grito en el cielo y la vergüenza en el suelo. Pero empiezo a tener hambre y me quitan los caramelos. No he terminado, ya puedes salir corriendo. 

Si vuelves por aquí, déjate el reloj en el coche pero coge lo demás por si no me apetece. Ya veremos luego lo que hacemos pero que la única prisa que traigas sea sólo esa sed que disimulas tan bien y que no sé si eso me sienta mal.
Y no pares de hablar pero de ti. Caliéntame las manos y me vuelves a explicar eso de dejarte frío.

Ahora que tengo tiempo me gustaría presentarme formalmente:

Verás, creo que no sé quién soy.

Solamente sé que ya no estoy en la fila. He driblado a la inercia, cogido todos mis pedazos y con el eslabón perdido me he hecho cadena. 
He dejado de buscarme en otros, de esconderme en expectativas ajenas para jugármela conmigo, mira si apuesto fuerte.
Ya te lo dije, estoy hecha de carne y de intuiciones. De música y poesía, algunas malísimas...pero mías. 

Empiezo siendo quien quiero, y no, y esto es importante, quien quieren que sea: quitándome condicionantes y cláusulas de estabilización, librándome de aquellos que dicen conocerme y a pecho descubierto me vacilan con su lista de consejos, dejando de lado a los que me regalan piropos de musa pero no tienen ni idea de besar mis miedos, porque nadie lo hace como yo.
Recordándote que mis actos no cotizan en ninguna escala de aprobación, simplemente creo que ese es el camino a recorrer hasta descubrirme.

Que es el que yo elijo. 

Y en este lienzo a medio pintar ves que el orgullo no está reñido con la sinceridad y reconocer derrotas es otra forma de cantar victoria después. Aquí las cenizas del último cigarro sirven para prender el siguiente.
Así es como el faro te ilumina y te desnuda. 

"No seré breve,
porque no quiero ser dos veces nada".