viernes, 4 de abril de 2014

Una canción me trajo hasta aquí

"..No fue más que un signo sutil, que luego creció.."

Me encantan los "antes todo esto era un sueño", cuando se hacen realidad.
Cómo explicar si no el hecho de llegar de repente a un sitio en el que nunca has estado o hacer alguna cosa que nunca antes has hecho, y parezca algo cotidiano, familiar y de siempre, pero sin que falten esos agradables nervios en el estómago dando un golpe de estado anímico. Y todos al cielo.

Que cerca está, casi puedo tocar los rayos de luz que se cuelan por mi ventana esta mañana. Las vistas desde aquí hoy son preciosas. Cierra los ojos, así no te las perderás.
Me siento generosa y te las regalo, ya que te has convertido de repente en mi asiento favorito en primera clase de preescolar. Y a pesar de estar solamente ante las calificaciones provisionales tengo claro, sï yo, la de las dudas infinitas, que el desarrollo procesal de los acontecimientos merece al menos una copa de vino. 
Y parafraseo a Elvira Sastre cuando pienso ello:

"La sorpresa que late en lo que ya conoces,
la palabra oculta en todos los libros que te sabes de memoria,
la nueva versión de tu canción preferida."

Mientras la primavera hace de las suyas con mi concentración, empiezan a dorarnos la piel las conversaciones al sol y llenamos las horas de música, con más ganas que miedo, reivindico los abrazos de tres letras como opción de caricia: ven.

Ven, que llevo verano en el pelo y la orilla de la calma en las retinas. Que los días grises y opacos los vamos a iluminar con mi sonrisa de película que sé que te sienta de cine.
Ven, que quiero enseñarte que ser fuerte no tiene nada que ver con todo eso que puede destruirse, sino con todo lo que seas capaz de salvar. 
Ven, que a veces para volar no hacen falta alas, ni para soñar estar dormido. 
Ven y no hagas planes, porque pienso entretenerte durante mucho tiempo.

Dicen que a quien escribe hay que dejarle sin palabras, porque su mejor respuesta entonces será un beso.
Por eso aunque lo haga, en el fondo no me gusta ser quien tiene siempre la última, porque así no puedo responderte como me gustaría.




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