Sabor a mañana. Madrugada y sueños de salitre. La cabeza anestesiada y el norte en la nuca. Quiero volver a pisar las horas tranquilas en la orilla de la calma.
Lentamente me despierta la voz triste de un fado. Tu nunca olvidas y yo tampoco.
¿Por qué no emborronar con café los cuadernos que no son tuyos?Quiza estamos esperando algun tipo de invitación formal, de esas que nunca llegan cuando las esperas, y se amontonan llenando el buzón en el momento mas inoportuno. Quizas...Que mentira más grande.
Humedad, paciencia, sonrisas a media asta, descoordinación hasta para andar...siempre tenemos esos 2 o 3 segundos de retraso que hacen de nosotros paralelas sin nexo común.
Siento aún el sabor agridulce de esa cerveza resbalando por mi garganta, y se me escapa otra sonrisa. Sonrisa de papel de cigarrillo, de esas que se hacen en el borde de una mesa mirando al mar, de las que se dibujan en la arena con los dedos, dos puntitos y una boca.
Así mirar al horizonte es mucho más llevadero, plantándole cara al viernes, que se cree el final de todas las cosas y tan solo es uno más, aunque yo no lo expresaría así; si tuviera voz...vaya...hoy me ha dado por mentir(me).
Y llego aqui, a este punto, y me siento omnipotente; con la seguridad y el refugio que me da el sonido del mar. Puedo ser lo que quiera. Creerme todo o nada. Puedo escuchar lo que quiero escuchar. Sentirme tranquila. Llorar por todo. Sonreir por nada. Puedo buscar mil disfraces e incluso ponerme el que me tocó en este circo sin reparar en los descosidos.
Lo suficientemente lo que sea como para pensar que un trocito del mundo me dice justamente lo que necesito escuchar. Lo suficientemente lo que sea como para salir de nuevo y no caer en el engaño de la ciudad, verla de lejos y devolverle la sonrisa torcida. Lo suficientemente lo que sea como para creer en todo aquello que a veces se me olvida, que no somos solo meros espectadores, que vamos más alla, que puedo hacer y dar mucho mas.
Y deshago mis pasos y vuelvo a tu corazón, donde me siento casi tan segura como aqui:)
(escuchas la bso de mi móvil: Quique Gonzalez-Conserjes de noche)
2 comentarios:
Observando el mar todo parece posible, hasta lo que no lo es.
Besos
Quiero volver a pisar las horas tranquilas en la orilla de la calma..... ME APUNTO!
Es genial, me ha encantado. ME ENCANTA TU BLOG!
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