domingo, 2 de marzo de 2008

Mis sinceras disculpas...


A la persona que fui una vez muy bien podrían haberla tachado de irónica y orgullosa. Siguen existiendo retales de ella en mi piel. Pero el paso del tiempo me enseñó que esa ironía y ese orgullo la mayoría de las veces bien son un sinsentido, bien no se entienden. Y la persona que soy fundida con la que fui sabe que el fondo del mar y de las personas no es tan distinto; ambos están plagados de especies desconocidas, de sentimientos indescriptibles, rodeados ambos de la mas pura belleza y virginidad.
Es por ello que rescato del fondo más profundo de mis entrañas estas frases sin mas prentesión ni contrapartida que la de leerlas para vosotros y para mi misma:

Suelo imcumplir a diario la ley del silencio de quienes me la imponen sólo por el mero hecho de romperla, disculpenme si en ese sentido soy egoista y no les tengo en cuenta. Si de veras a alguien le molestan mis palabras, mis ademanes o incluso mi presencia:

Siento mucho que quien espera morbo y carnaza de mi se vaya a quedar eternamente con la boca abierta y en ayunas.
Siento mucho que mi cabeza, tan pretenciosa, entienda de más pero ignore esos conocimientos para centrarse en los hechos y no pasarse de lista ni de tonta.
Siento mucho no ser lo suficientemente estúpida como para entrar en el club de las horas contadas de cuya espiral sería incapaz de salir.
Siento mucho pensar que es posible conocer a alguien desde siempre y que pase el tiempo y se convierta en un completo desconocido.
Siento aun mas el intentar conocer a esos desconocidos de nuevo.
Siento de veras ser sincera primero conmigo misma y después consecuente con todo lo demás, y tan solo dejarme arrastrar por mis propias convicciones, sentimientos e impulsos.



Esto no es una pataleta de niña pequeña. Ni un puntazo. Nisiquiera tiene nada qe ver con las cantidades industriales de cerveza que recorren mi anatomía en estos momentos. Es tan solo un comentario al margen, una glosa.
Estoy aqui y me quedo por los mismos motivos por los que vine. El primero era desahogarme, después escuchar y aprender, para más tarde simplemente estar aqui. Y seguir escuchando. Y seguir aprendiendo.

Y permaneceré hasta que se me argumente o se me pida expresamente que me vaya.

2 comentarios:

Neil dijo...

Pues si te sirvió para todo eso, bien hecho está.
Besos

Cris*^* dijo...

¡¡¡¡Quedate!!
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