"Si le temes a la soledad
es porque ni siquiera tú mismo
eres capaz de soportarte"
¿En serio te apetece que sea sincera?
No Te lo voy a volver a advertir. Si dices que sí pero te
olvidas y no te desvistes del egocentrismo de la confianza antes de tirarte a
la piscina enhorabuena, te estás equivocando y esto te va a doler. Relájate y disfruta.
Quien tiene que esforzarse tanto para demostrar a los demás
que vale la pena lo único que consigue es acabar dándola. Puedes plantearte
aspirar a cosas peores si para ello encima intentas dejar mal a otros a sus
espaldas.
Que las cosas caen por su propio peso y que el tiempo pone a
cada uno en su sitio son verdades universalmente trilladas, gastadas de tantos despechados
que las escriben en sus carpetas de la Súper Pop. El tiempo lo único que hace es su trabajo, como cualquier currito de ocho a seis.
Si le quitas el azúcar a las pastillas y al texto de Borges te quedarán estos posos:
Si le quitas el azúcar a las pastillas y al texto de Borges te quedarán estos posos:
Con el tiempo, lo que uno aprende es que en los momentos clave
estás igual de solo que los puntos finales y que la única persona que
debe obligarse a esperar algo de ti eres tu mismo. Y esperar algo de
alguien sólo es esperar a que te decepcione.
Que lo difícil no es matar al dragón, ni subirse al
unicornio, ni rescatar a la princesa, lo realmente difícil es tener
cojones a mirarse al espejo después de tomar una decisión contracorriente y
llevarla a la práctica. Y después de joderla también.
Con el tiempo observas que el 99% de las cosas que se hacen
supuestamente por los demás en realidad disfrazan el egoísmo de odiarse uno
mismo un poco menos y el margen de error sólo está al alcance de algunos
estados alterados de conciencia, donde las miradas de la mayoría no llegan
porque están demasiado ocupadas con sus ombligos.
Que la lluvia nos moja a todos, y que simplemente, de ti depende
que eso te moleste o no. Lo mismo pasa con las palabras.
Con el tiempo compruebas que para ser controlador hay que
tener buena memoria, o por lo menos mejor que la de las personas que se
pretende controlar para no hacer el más absoluto de los ridículos y que la
paciencia casi siempre es condescendencia en sentido negativo.
Que pretender controlarlo todo acabará haciendo que te enredes con tus
propios hilos y lo pierdas. El control y el todo.
Con el tiempo uno se da cuenta de que no sabe lo que tiene
hasta que lo pierde, no, más bien hasta que lo tiene otro, que lo bueno si es
breve se queda en nada y que lo difícil puede motivar al principio pero al
final el camino de lo fácil es el más transitado.
Que jugársela porque sí está bien y es tan bonito como saber que uno siempre tiene
la opción de suicidarse sin cooperaciones innecesarias. Hay gente muy kamikaze.
Que las utopías son lo que son y aunque me guste escribir sobre ellas no se me olvida. Si pretendes que tu vida sea un libro de Coelho cuéntamelo por favor, porque prometo descojonarme.
Que las utopías son lo que son y aunque me guste escribir sobre ellas no se me olvida. Si pretendes que tu vida sea un libro de Coelho cuéntamelo por favor, porque prometo descojonarme.
Con el tiempo aprendes que las medias verdades no te hacen más honesto que un mal mentiroso, que hay
silencios más jodidos que muchos insultos y que para que algo te deje huella
primero se tiene que acabar. Y largarse después.
¿La verdad dices?
Antes de pedir la verdad, asegúrate de tener estómago para
soportarla.
Perdona, sólo estaba siendo sincera.
Y para serte sincera a veces te miento.
"Y es que me encuentro tan bien,
que no te lo creerías...
3 comentarios:
¿La verdad? Pocos pueden soportar la verdad. Y menos aún con palos a diestro y siniestro cuyos destinatarios (alguno de ellos) quizá no pueda alcanzar a comprenderlos, ni siquiera saber que van dirigidos a ellos...
Usas una verdad dura, pero ser sincero no siempre va unido a ser duro. El azúcar (o sacarina para los que están a dieta) es un condimento indispensable de la verdad.
¿La verdad? Pocos pueden soportar la verdad. Y menos aún con palos a diestro y siniestro cuyos destinatarios (alguno de ellos) quizá no pueda alcanzar a comprenderlos, ni siquiera saber que van dirigidos a ellos...
Usas una verdad dura, pero ser sincero no siempre va unido a ser duro. El azúcar (o sacarina para los que están a dieta) es un condimento indispensable de la verdad.
Cierto que la sinceridad no siempre tiene que ser dura, eso va unido a qué verdad se cuente y a como se lo tome el receptor (por eso lo de quitarse el egocentrismo de la confianza pensando que todo lo escrito va para alguien en concreto, y a lo mejor lo único es la sugerencia musical de los créditos finales)
La verdad es complicada: al edulcorarla demasiado corre el riesgo de perderse y la excesiva crudeza la hace intragable, por eso a veces siento que "se miente" cuando se lleva a ambos extremos.
Eso, y un mal día ;)
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