miércoles, 28 de mayo de 2014

La Inmersión

"Sometimes you can't explain 
what you see in a person.
It's jus the way
they take you to a place
where no one else can"


Son las 22:58 de un martes cualquiera. Otra vez.
He notado el movimiento de las manecillas del reloj, la unión del segundo y el minuto acumulándose, haciéndose notar. Puede que sea uno de mis momentos preferidos de la semana.

Me siento en el mismo lugar en el que me senté durante años, aunque últimamente la historia parece haberse desdibujado, al final la metáfora de reducirlo todo a cenizas y empezar de cero va a ser más que figurada.

Enciendo un cigarrillo y pongo la radio en el momento exacto.

Es entonces cuando Él empieza a hablar. Tan sutil y delicadamente como las notas del piano que le precede.

Las palabras surcan las ondas, recorren  los mares y navegan cubriendo millas y kilómetros hasta que llegan allí donde te encuentres. Hasta que llegan y te envuelven. Aparecen e inundan todos los rincones creando una atmósfera íntima y cercana. Estés en la parte del globo que estés.

Puede ser que le conozcas o tal vez no, pero a través de esas palabras se acerca a ti.
Y lo consigue, siempre lo consigue. Te coge de la mano y te lleva a sumergirte con Él.

Ya estás dentro de su submarino y no puedes hacer otra cosa que dejarte llevar.

No puedo hablarte mucho de Él, porque cualquier frase que escribiese se quedaría muy corta ante una persona tan grande, tan gigante.
Lo que sí puedo decirte es que es un contador de historias nato, un creador de magia nocturna que domina los tiempos y dibuja paisajes en el aire como nadie.

Cada noche te sorprende; tal vez te invite a pasear bajo el cielo estrellado, a contemplar el amanecer o a compartir una cerveza en un antro lleno de personajes misteriosos. Incluso una vez le escuché y me atreví a mirarme al espejo.

Bajo su timón, melodías suaves  se intercalan con prosa y verso, con caricias y besos.
Palabras escogidas y moldeadas con maestría que se hacen imágenes, canciones seleccionadas con una delicadeza tal que se convierten en personas.
Subes al cielo entre acordes que te erizan la piel y bajas hasta lo más profundo de las fosas abisales que hay en tu interior.
Pero nunca solo.

Siempre está a tu lado, haciendo cada viaje inolvidable.
Despertando sentimientos en estado puro. De verdad. Inexplicables.

Imagina una sonrisa tres segundos antes de romper a llorar. 
Imagina un abrazo por la espalda cuando no quieres volver a casa.
Imagina una mano que se tiende a ti en medio de la oscuridad.

Y ahora, imagina no tener que imaginar.
Deja que te conforte y te inunde como sólo Él sabe hacerlo. 



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