viernes, 23 de febrero de 2007

Tiempo

Las 03:33 de la madrugada, otra vez. He notado el movimiento de las manecillas, la unión del segundo y el minuto acumulándose, haciendose notar. Esa sensación de la que sueles escibir y que me encanta. Es uno de mis momentos preferidos del día, respiro mi ración de ti, volviendo al lugar donde nuestros cordones umbilicales se entrelazan y te destripo literalmente.
Porque te entiendo demasiado bien, y aunque me da un vértigo terrible asomarme al precipicio contigo sé que tú eres valiente por los dos; has tenido el valor de asumir un sentimiento incontrolable y lo has llevado al extremo, como yo, pero con una diferencia, todos los papeles que perdimos en el mismo punto de la historia yo los recogí y los guardé bajo llave, cuando te ha tocado a ti te has subido a un rascacielos y los has lanzado al aire.Chapeau.
Ahora el camino está allanado; que sí, sigue sin ser fácil, la nostalgia es contundente, pero no te matará, un par de años de vida están asegurados y avalados por una experta en la materia.


Hoy he vuelto al bar de siempre, despues de unos meses, sólo para comprar tabaco.Por alli ha pasado un ciclón, y ya apenas hay gente jugando a las cartas. Zipi sigue echando las cañas con demasiada espuma, pensé en decirle que hay que inclinar el vaso un poco, pero me estaba invitando. Cuando la camarera nueva desfilaba exclusivamente para nosotros casi eché de menos a aquella pareja china discutiendo. De lo que me acordé fue de los lunes fríos entre ecuaciones y tostadas de tomate. Así que subí a casa y busqué las manchas de café entre los apuntes de la academia. Estaban completamente secas. Me hice uno con la cafetera que me regalaste y manché las hojas nuevas, pero no me supuso ninguna excitación.


A estas alturas,no sé si he digerido del todo la conversación que mantuve conmigo anoche. Se me repite el regusto amargo de la prudencia y casi vomito de pensar en el autocontrol. Alomejor mañana te pido cita para un lavado de cerebro, ah no, que trabajo, pues otro día.

1 comentario:

Neil dijo...

Cuando intentamos intencionadamente volver a vivir un momento pasado no sabe igual de rico, como tú dices, no supone ninguna excitación.
Un beso