Hay días soleados que acaban muriendo de frío, y hay mañanas que se descongelan lentamente y nos hacen creer en primaveras cercanas, con su olor a romero y a incienso... que cerquita está.
Reabrimos la temporada; de estrellas y camareros; de niños bien, repeinados, que presumen mucho pero que no saben lo que es un buen Asiático. Se encenderán tus balcones de nuevo en el puerto, pero ya no estaré preguntandote si prefieres vainilla o chocolate. Este año no estaremos detrás de las barras sino en la pista de baile. Quizá entre el humo, o tal vez en ningún sitio.
Ultimamente hay tantas maneras de perderse, una de ellas es olvidar la propia existencia y borrarse para hacerse de nuevo, bien escribiendo historias propias, bien maleando las ajenas; yo sigo viviendo mi vida sin publicidad ni reclamos, si les gusta hablar que hablen, lo único que me quita el sueño es que mi almohada sea menos cómoda que tu pecho.
A pesar de todo, veo caras felices a mi alrededor, y es que las sonrisas se contagian, el amor, la esperanza y la alegría se encienden por dondequiera que miro, toco y leo. ¿Así como no estar tan mimosos? Ahora que quiero besar tus labios me deja el vino un sabor amargo ¿Dónde estas que no te veo en los libros que me leo?
Y tú, que me lees a mi: ¿Cual es tu sueño? Susúrramelo, y prometo no permitir que lo exilies al olvido.
Reabrimos la temporada; de estrellas y camareros; de niños bien, repeinados, que presumen mucho pero que no saben lo que es un buen Asiático. Se encenderán tus balcones de nuevo en el puerto, pero ya no estaré preguntandote si prefieres vainilla o chocolate. Este año no estaremos detrás de las barras sino en la pista de baile. Quizá entre el humo, o tal vez en ningún sitio.
Ultimamente hay tantas maneras de perderse, una de ellas es olvidar la propia existencia y borrarse para hacerse de nuevo, bien escribiendo historias propias, bien maleando las ajenas; yo sigo viviendo mi vida sin publicidad ni reclamos, si les gusta hablar que hablen, lo único que me quita el sueño es que mi almohada sea menos cómoda que tu pecho.
A pesar de todo, veo caras felices a mi alrededor, y es que las sonrisas se contagian, el amor, la esperanza y la alegría se encienden por dondequiera que miro, toco y leo. ¿Así como no estar tan mimosos? Ahora que quiero besar tus labios me deja el vino un sabor amargo ¿Dónde estas que no te veo en los libros que me leo?
Y tú, que me lees a mi: ¿Cual es tu sueño? Susúrramelo, y prometo no permitir que lo exilies al olvido.
3 comentarios:
Mi sueño, se hizo realidad con nombre propio de Gabriela. Ahora sólo quiero que crezca y el sueño se haga enorme.
Un beso
"...lo único que me quita el sueño es que mi almohada sea menos cómoda que tu pecho..." genial de veras genial, me parece maravillosa esa frase, a mi me pasa y me seguira pasando lo mismo , quizas para siempre.
Como a ti, me lee pero no me quiere ver.
Un saludo, Besos
Ayss son tantos...por ellos me levanto cada mñn aunque a veces se me olvidan y los días son más pesados.
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